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El Comercio (Équateur)

El trabajo de un hombre que 'hace llorar' a las mujeres.


Miles de hombres lo contratan anualmente. Él se encarga de que mujeres en París, más conocida como la capital del amor, lloren... de felicidad. Su nombre es Nicolás Garreau, tiene 35 años y nunca imaginó que trabajaría como "planificador de propuestas matrimoniales".


Garreau se graduó en Ingeniería Aeronáutica pero es especialista en conseguir el famoso “sí acepto” con formas que parecen salidas de un cuento de Disney. Una de las cosas que llevó a este empresario a transformarse en un experto en su trabajo fue entender que las expectativas femeninas no son fáciles de comprender, para los hombres.


En su página web, publica varias encuestas con respecto al temor de los hombres al proponer matrimonio o la necesidad que tienen las mujeres de que su futuro esposo se arrodille en el ‘idealizado momento mágico’.


Es así que nace la empresa ApoteoSurprise en el 2006. La firma presenta más de 30 paquetes llenos de romanticismo parisino con todo incluido… menos la respuesta.


Uno de los más solicitados es el ‘estilo cenicienta’. Este paquete cuenta con un carruaje desde la Place Vendôme, zapatos de cristal (con un valor adicional), paloma mensajera que entrega cartas de amor, lluvias de rosas rojas y demás detalles amorosos.


Si este no es su estilo podría escoger la patrulla aérea, que dibuja corazones en el cielo con humo blanco o la pantalla LED gigante que ilumina la Torre Eiffel con el nombre de la novia junto a la frase "¿quieres casarte conmigo?".


Los precios para esta inolvidable experiencia van desde los USD 393 a los USD 21 500. Desde la apertura de la empresa más de 1 200 enamorados, provenientes de todas partes del mundo, han contratado el servicio.


Otra de las curiosas formas de pedir matrimonio se realizó en el 2013 a 34 kilómetros de altura, un 14 de febrero, en el espacio.


Así es como Nicolás se convirtió en el hombre que transforma de ‘sapos’ a ‘príncipes azules’ a los futuros novios. Su única meta es hacer que las mujeres lloren de asombro y felicidad.


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